jueves, 4 de octubre de 2012

Carta al tiempo.

"Es la eterna conquista de su corazón lo que anhelo en esta vida."

Ya te lo digo, que ayer estaba a punto de morir por un beso suyo, fue algo increíble.
Aunque bien pensado, supongo que es algo totalmente lógico. Parece que esa sensación que una vez creí ilusoria, esa que habla de que solo existe él y de que el mundo se detiene y todo da vueltas, esa misma siento yo cada vez que lo hace.
Te lo pido como a un amigo, ya que solo quieres que aumente nuestro deseo al máximo, para que explotemos y nos evadamos del mundo lo más lejos posible.
Ahora lo único que necesito es un momento a solas con él... ¿qué digo un momento? seamos realistas ¡necesito toda una vida a su lado! pero ya que aún quedan cabos por atar y todas esas cosas, me gustaría que me concedieseis el muy esperado abrazo, el explotar del amor en una cama, bajo una manta, (o sin la manta, me da igual) y las luces rojas chocando contra su sonrisa, y una tarde cocinando juntos, y esa cara que pone cuando quiere que le duerma, suplicando que le acune sobre mi pecho como a un niño, y le cante entre susurros todos los "te amo" que le debo (que son millones).
Entre una pared y otra, se cayeron las paredes y solo quedan sus brazos  y sus piernas, y su boca y su pelo, atentando contra el poco sentido común, y echando a perder la tristeza que me encierra cuando no está a mi lado.
Desayunar de sus caricias y cenar de su placer, aumentado por la dosis de distancia, esa pequeña e insignificante distancia, que ni siquiera puede llamarse así, porque siempre estamos en el mismo camino. Te doy las gracias, de nuevo, por esto.
Haz que pase más deprisa y dame ya su presente y su futuro, y déjanos a solas escuchando  la banda sonora de nuestra eterna historia, narrada en voz en off en algún televisor cercano, escondida tras el nombre de "Olvídate de mi" o "Amor a quemarropa", lanzando a diestro y siniestro mensajes subliminales al resto de almas del mundo, contándoles que intentándolo quizás consigan lo que nosotros rozamos con la punta de los dedos a través de cada roce, y atravesamos como una flecha a través de cada beso.
Pasa rápido y deja que entremos en el círculo pagano de nuestro amor, y te prometo que para la próxima tendremos aún más ganas.
No entiendo cómo alguien puede ser inmune a su mirada, supongo que solo desean alcanzarla, mientras yo le intento conquistar con cada palabra, cada movimiento, y la luz del día se va y vuelve, mientras me enseña sus conquistas, y se convierte en mi mundo y mi bandera. (Y todo lo demás.)
Haz lo que tengas que hacer, pero hazlo ya, porque cuando nos volvamos a fundir siendo solo uno, ni un millón de años luz conseguirán volver a separarnos.

Siempre suya, y de nadie más:

Alabama Worley.


No hay comentarios:

Publicar un comentario